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Considerado como uno de los grandes iconos de la España musulmana, Medina Azahara en Córdoba conforma un viaje al pasado único.
El origen de Medina Azahara
A tan 8 kilómetros del centro de la ciudad de Córdoba y a los pies de Sierra Morena se eleva Medina Azahara, orgullo nazarí y uno de los más recientes Patrimonios de la Humanidad de la Unesco, ya que su designio tuvo lugar en verano de 2018.
Su situación entre Córdoba y la sierra, a una altura tan calculada como estratégica, ya da indicios de lo que encontramos a medida que nos adentramos en el yacimiento de Medina Azahara. Una antigua ciudad palatina mandada a construir en el siglo por el califa de Córdoba, Abderramán III, en el año 936, en pleno esplendor de la conquista nazarí y concebida bajo este designio en torno a exuberantes leyendas.
¿Qué significa Medina Azahara?
Aunque son muchas las teorías al respecto, la más extendida de todas sostiene que el origen del nombre Medina Azahara procede de la traducción “La Brillante”, en honor al carácter de esplendor de esta ciudad.
Sin embargo, los más románticos aseguran que el nombre Azahara procede de al-Zahrá (Azahara), la cortesana favorita del califa y la misma que le habría animado entre susurros a construir una ciudad extramuros de Córdoba que confirmase su poder.
Salón de Abderramán III (Medina Azahara), imagen de Superchilum (Licencia)
El Califato Omeya en tiempos de Medina Azahara
Medina Azahara fue construido en un momento de especial importancia para el Califato omeya de Córdoba , al cual pertenecía Abderramán III. Esta dinastía fue la que trajo mayor esplendor a la España musulmana, especialmente a través de una ciudad de Córdoba considerada en su momento como la ciudad más avanzada del mundo.
Tras la derrota de los omeyas a manos del Califato de Damasco en el 750 d.C., este grupo huyó al Al Ándalus, donde desplegaron todo su poder en forma de construcciones únicas.
En el caso de Medina Azahara, la misma fue construida como icono de superioridad sobre el Califato fatimí de Ifriqiya, principal enemigo del séquito de Abderramán III tanto a nivel político como espiritual, ya que los omeyas pertenecían al movimiento suní, la vertiente más mística del islam.
Visita a Medina Azahara
La ciudad palacio de Medina Azahara merece una visita en detalle que nos permita apreciar todos sus matices y encantos. La misma se compone de varias terrazas englobadas en una planta rectangular con increíbles vistas de las llanuras de Córdoba, tal y como puede apreciarse desde su famoso mirador, una de las primeras instalaciones que encontraremos al llegar.
El mejor punto de partida mediante el que enlazar con otras visitas como los restos de la antigua mezquita Aljama y sus gloriosos arcos ornamentados; la Puerta de la casa de Yafar, primer ministro de la Córdoba de Abderramán (y no, no se trata del malo de Aladdín); o el Salón Rico, epicentro del palacio y famoso por sus colores rojizos y únicos. Este último tramo, en concreto, fue el más sujeto a reformas durante la candidatura de Medina Azahara a la Unesco.
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